28/1/25

Entrevista a Carmen Romero, la artista local que triunfa en el mundo del muralismo

Carmen Romero es una de las artistas más destacadas de Molina de Segura, cuyo trabajo ha trascendido las fronteras de su ciudad natal y ha ganado reconocimiento a nivel nacional e internacional. Especializada en el muralismo urbano, Carmen ha logrado transformar paredes grises y vacías en verdaderas obras de arte, combinando elementos de la naturaleza, la historia local y el simbolismo social en sus murales. En una charla exclusiva, nos contó cómo empezó en este fascinante mundo, los desafíos que ha enfrentado a lo largo de su carrera y su visión sobre el arte en espacios públicos.

Pregunta: Carmen, sabemos que el muralismo no es una disciplina fácil, ¿cómo fue tu primer acercamiento a esta forma de arte?

Carmen Romero: Pues mi primer contacto con el muralismo fue cuando era adolescente. Siempre me gustó dibujar, pero no fue hasta que descubrí el graffiti en las calles de la ciudad que me di cuenta de que había una manera de fusionar el arte con el espacio público. En ese momento, las paredes de Molina de Segura me parecían lienzos en blanco esperando ser transformados. Empecé a pintar de forma clandestina, porque no había muchos lugares en los que te permitieran hacerlo, pero con el tiempo las autoridades empezaron a ver el muralismo como una forma de arte legítima, y eso me dio la oportunidad de exponer mi trabajo de manera profesional. No fue fácil, porque el arte urbano no siempre es bien recibido, pero la pasión por lo que hacía me impulsó a seguir adelante.

Pregunta: Has trabajado en numerosos murales, tanto en Molina de Segura como fuera de la ciudad. ¿Cuál ha sido el mural que más te ha marcado emocionalmente?

Carmen Romero: Cada mural tiene algo especial para mí, pero si tuviera que elegir uno, diría que el mural que hice en el Centro Cultural La Serreta en Molina de Segura es el que más me ha marcado. Fue una obra muy personal porque decidí representar el legado agrícola de nuestra región, pero con un enfoque contemporáneo. Quería rendir homenaje a nuestros agricultores, que muchas veces no tienen el reconocimiento que merecen. Lo pinté con colores cálidos, usando elementos simbólicos que reflejan tanto la dureza del trabajo en el campo como la belleza del paisaje murciano. La obra fue muy bien recibida por la comunidad, y ver las reacciones de los vecinos cuando lo terminamos fue algo increíble. Además, me permitió conectar con muchas personas que nunca se habían interesado por el arte urbano y me hizo sentir que el muralismo puede ser una forma de enriquecer culturalmente una ciudad.

Pregunta: ¿Qué significa para ti el arte en espacios públicos y cuál es el impacto que crees que puede tener en la sociedad?

Carmen Romero: Para mí, el arte en espacios públicos tiene un poder transformador. Las paredes son parte de la ciudad, son lo primero que vemos cuando caminamos por sus calles, y pueden ser mucho más que simples muros. El arte en espacios públicos tiene la capacidad de cambiar la percepción que tenemos de nuestro entorno, de hacerlo más humano, más cercano y más diverso. También puede fomentar el sentido de identidad colectiva, porque un mural no es solo una creación de un artista, sino también un reflejo de la comunidad. En muchos casos, los murales se convierten en símbolos de lucha, de esperanza o de celebración de la cultura local. En Molina de Segura, por ejemplo, mis murales siempre han tenido una conexión muy fuerte con la identidad del pueblo, y es muy bonito ver cómo la gente se siente parte de esos espacios artísticos.

Pregunta: Sabemos que tu último mural en el centro de Molina de Segura ha sido un éxito rotundo. ¿Qué inspiró esta obra?

Carmen Romero: Este mural fue una verdadera celebración de nuestra historia y nuestras raíces. Se trata de un homenaje a la evolución de Molina de Segura, desde sus primeros días como un pequeño pueblo agrícola hasta la ciudad moderna que es hoy. Quise representar a varias generaciones de molinenses: desde los agricultores que han sido el pilar económico durante siglos, hasta los jóvenes que están tomando el relevo con nuevas ideas. También incluí elementos representativos de la vida en el municipio, como las huertas y el río Segura, pero con un toque contemporáneo. La idea era hacer una obra que, por un lado, reflejara nuestra tradición, pero que, al mismo tiempo, mirara hacia el futuro. El mural fue una invitación a la reflexión sobre cómo seguimos construyendo nuestra ciudad día a día.

Pregunta: A lo largo de tu carrera, ¿qué retos has enfrentado y cómo los has superado?

Carmen Romero: Los retos han sido muchos, especialmente al principio. En el mundo del muralismo, a menudo te encuentras con la resistencia de quienes no entienden el arte urbano como algo legítimo. El hecho de que muchas veces los murales se realicen en espacios públicos también genera cierta controversia, porque algunas personas piensan que "ensucian" el entorno. Al principio, eso me desanimaba, pero poco a poco fui demostrando con mi trabajo que el muralismo tiene un valor cultural profundo. Además, el hecho de ser mujer en un ámbito tradicionalmente dominado por hombres también ha sido un reto. Sin embargo, creo que he demostrado que el arte no tiene género, y que la creatividad y el talento no dependen de eso. A lo largo de los años, me he rodeado de personas que creen en lo que hago, y eso me ha dado fuerzas para seguir adelante.

Pregunta: ¿Cuál es tu visión sobre el futuro del muralismo y qué proyectos tienes en mente?

Carmen Romero: El muralismo está viviendo una época dorada, sobre todo en ciudades que están empezando a ver el valor del arte en espacios públicos. Creo que en los próximos años veremos más murales que cuenten historias de las comunidades, y que, además, incluyan temáticas sociales y medioambientales. El arte tiene una gran capacidad para sensibilizar, y los murales se están convirtiendo en una herramienta para visibilizar problemas globales, como el cambio climático o las desigualdades sociales.

En cuanto a mis proyectos, tengo varias ideas que quiero llevar a cabo en los próximos meses. Estoy trabajando en un mural en una escuela secundaria de la ciudad, donde quiero involucrar a los estudiantes en el proceso creativo. Me gustaría que se sintieran parte del mural, que lo consideraran suyo. También tengo algunos proyectos en otras ciudades, pero siempre intento mantener un vínculo con mi comunidad. Molina de Segura siempre será mi base, y siempre quiero seguir contribuyendo a su paisaje urbano.

Pregunta: Para finalizar, ¿qué consejo le darías a los jóvenes que están interesados en el muralismo y el arte urbano?

Carmen Romero: Les diría que sigan su pasión, que no dejen que nadie les diga que no pueden hacerlo. El arte urbano es una forma de expresión muy poderosa, y no tiene límites. Lo más importante es ser fiel a uno mismo, experimentar, aprender de los demás, y nunca dejar de practicar. No es un camino fácil, pero si tienes ganas de hacerlo y crees en lo que haces, siempre habrá un espacio para ti. El arte tiene el poder de cambiar el mundo, y los jóvenes son los que tienen la fuerza para hacerlo.

 Autor: Leandro Fernández Asís.

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